Desensibilización
La desensibilización sistemática es una técnica que aumenta la tolerancia a estímulos o situaciones que provocan ansiedad. Consiste en presentar el estímulo gradualmente para que el individuo se acostumbre a él. De esta forma, desaparecen la ansiedad y las conductas asociadas.
Esta técnica fue desarrollada por Joseph Wolpe, y se basa en el condicionamiento clásico o, más precisamente, en el contracondicionamiento.
Qué es la ansiedad
Si bien existen diferentes definiciones de ansiedad, para fines prácticos la consideraremos como la sensación de inquietud, temor, nerviosismo o angustia.
La desensibilización se usa frecuentemente para tratar fobias en las personas. Por ejemplo, las personas que tienen fobia a las arañas pueden superarla exponiéndose gradualmente a estos artrópodos, sin recibir consecuencias desagradables. La exposición puede empezar imaginando las arañas, con fotos de arañas, con videos o presentado arañas vivas a cierta distancia. Una vez que el tratamiento ha dado resultados, esas personas dejan de temer a las arañas.
Para que la desensibilización funcione, se debe presentar el estímulo con una intensidad tan baja que no provoca reacciones incontrolables (por ejemplo, imaginar las arañas). Es decir, que la ansiedad debe ser tan baja que el individuo puede relajarse después de un tiempo corto de exposición al estímulo. Gradualmente se aumenta la intensidad del estímulo, siempre por debajo del umbral de respuesta incontrolable, hasta alcanzar la intensidad máxima (por ejemplo, una araña caminando sobre la mano de la persona).
La desensibilización en el adiestramiento canino
La desensibilización te servirá para eliminar gradualmente ansiedades, miedos, conductas nerviosas y reacciones exageradas de tu perro.
Como no puedes hacer que tu perro imagine las situaciones que le causan ansiedad, tienes que manejar estas situaciones de manera que se presenten gradualmente.
Algunas situaciones en que la desensibilización es útil en el adiestramiento canino son:
- Quitarle al perro el miedo a los truenos y relámpagos.
- Acostumbrar al perro de caza o al perro de trabajo a los disparos.
- Reducir la agresión por miedo.
- Enseñarle a un perro agresivo a tolerar a otros perros y/o a las personas.
- Acostumbrar al perro a no reaccionar cuando otros perros le ladran desde el otro lado de una reja o una puerta.
- Acostumbrar al perro a los bebés antes del nacimiento de un hijo.
Por supuesto, existen otras situaciones en las que la desensibilización es útil para educar a un perro, pero son tantas que no todas pueden ser mencionadas aquí.
Los perros que pasan todo el día en el patio y no salen a pasear con frecuencia, suelen "volverse locos" cuando salen a la calle. Algunos se desesperan por ir a jugar con otros perros, otros actúan agresivamente y otros se aterrorizan de todo lo que ven. Todos estos perros reaccionan de manera exagerada porque no están habituados al ambiente que existe en las calles.
En el otro extremo del espectro, puedes encontrar a los perros que viven en las calles pero reciben comida de algunas personas. Estos perros generalmente son tranquilos, no muy juguetones y no se asustan de estímulos comunes (gente caminando, autos en la calle, etc.). Estos perros están habituados a los estímulos y situaciones comunes en las calles y, por tanto, ignoran esas situaciones. Por supuesto, también pueden reaccionar agresiva o temerosamente, pero esto depende de sus experiencias previas y sus reacciones no son exageradas.
Lo que se busca con la desensibilización es habituar gradualmente al perro a diferentes estímulos. Por tanto, la desensibilización te servirá para que tu perro ignore los estímulos y situaciones de la vida cotidiana que no implican peligro.
Considera los siguientes ejemplos para comprender mejor la desensibilización.
Ejemplo 1: Uso de la desensibilización en el adiestramiento canino
Quieres entrenar a tu perro para que sea cazador, pero él le tiene miedo a los disparos. Entonces, decides usar la desensibilización para eliminar ese miedo.
Para eso, un amigo tuyo hace disparos con un arma de fogueo mientras juegas con tu perro a la distancia. Has tomado la precaución de estar muy alejado de tu amigo, tanto que tu perro ignora naturalmente los disparos. Pasas un tiempo jugando con tu perro mientras tu amigo hace los disparos de fogueo.
Al día siguiente repites el mismo procedimiento, pero tu amigo hace los disparos un poco más cerca. Como sólo se acercó un poco, tu perro sigue ignorando los disparos y se concentra en el juego. Poco a poco, y en varias sesiones, acortas la distancia entre los disparos y tu perro hasta que puedes jugar con tu mascota estando a pocos metros de tu amigo que dispara. Así, logras que tu perro considere a los disparos como algo inofensivo y sin importancia.
Ejemplo 2: Ausencia de desensibilización en el adiestramiento canino
Quieres entrenar a tu perro para que sea cazador, pero él le tiene miedo a los disparos. Entonces, decides acostumbrarlo a los disparos. Te encierras con él en un cuarto y haces varios disparos con un arma de fogueo. Como resultado, tu perro adquiere cada vez más miedo a los disparos y otros ruidos fuertes, hasta que le resulta aterrador verte con un arma en la mano.
En este caso no llevas a cabo un protocolo de desensibilización por que no habitúas gradualmente a tu perro. En cambio, ocurre un proceso de sensibilización que hace que tu perro se asuste cada vez más de los ruidos fuertes y repentinos.
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